La primera impresión nada más entrar ya daba evidencias de que como poco había falta de personal, fue decepcionante las mesas llenas de restos de comida, platos, vasos sucios, esperaba que al menos los baños estuvieran limpios pero no fue así. La comida escasa, las ensaladas vacías, las salsas vacías y lo que quedaba reseco, falta de platos y cubiertos en algunas zonas, la excusa que me dieron es que la sala había estado muy concurrida.
En dos horas que estuve solo se repusieron dos de los platos ofertados en el menú.
El precio que cobran es el mismo tanto si está llena como si no, por lo que la excusa no es válida.
Si tienes que pagar por el acceso mejor ir a uno de los restaurantes del aeropuerto